EL CRIMEN DEL LOBO FEROZ

Santiago San José Pardo, ex legionario y con aspecto hosco, tenía arrendado el Mesón del Lobo Feroz en la calle Lucientes. Allí llevó en la noche del 22 de diciembre de 1987 a una prostituta, Araceli Fernández, e intentó asesinarla con un cuchillo jamonero, pero alertados los vecinos por los gritos, llego la policía y todo quedó en su ingreso en prisión, donde no permaneció mucho tiempo. El mesón se mantuvo cerrado hasta finales de 1988, y fue durante unas obras de reforma cuando un albañil descubrió los cadáveres de dos mujeres momificados, salvajemente acuchillados y emparedados. Resultaron ser los de Mari Luz Varela Alonso y de una tal Teresa, ambas prostitutas. Santiago San José fue condenado a 72 años de cárcel por tres asesinatos, uno de ellos en grado de tentativa