LOS CAÑOS DEL PERAL

Por la actual calle de los Caños del Peral surgía una corriente subterránea de agua que alimentaba unos baños públicos, fuentes u hontanillas —los Caños del Peral—, con abrevaderos y unos lavaderos con 57 pilas. Cuando empezó en 1809 a urbanizarse toda esta zona de la actual plaza de Isabel II, rellenando el tremendo barranco que formaban los Caños del Peral, conocido como Barranco de las Hontanillas, y el arroyo que se formaba en la actual calle del Arenal, fue necesario rellenar el terreno en algunos lugares hasta con 8 metros de tierra para poder salvar los grandes desniveles. Algo de ello se puede apreciar en la calle de la Escalinata. En obras realizadas en la estación del Metro de Ópera, se han encontrado y se exponen restos de la Fuente de los Caños del Peral (en la fotografía uno de los caños encontrados), de origen renacentista; de la Alcantarilla del arenal, del siglo XVI, que encauzaba las aguas de este acaudalado torrente urbano, y del Acueducto de Amaniel, construido a principios del siglo XVII, que proveía allí mismo de agua al Palacio Real
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