LA CASA DE LOS DUENDES DE LA CALLE DEL CONDE DUQUE

Allá por el siglo XVIII, hubo una casa en la calle del Conde Duque propiedad de doña Rosario de Benegas, marquesa de Hornazas, que se hizo famosa en Madrid porque estaba habitada por duendes. Tenía una modesta taberna en el piso inferior, y una noche se presentó en ella un diminuto ser reclamando silencio a los alborotadores parroquianos que estaban jugando a las cartas. El susto fue tremendo, y nadie se atrevió a desoír la orden. Pero cuando el jaleo y las voces volvieron a los pocos días, de nuevo se presento aquel ser diminuto con otros seis compañeros de la misma talla que, armados con porras, propinaron una paliza a los escandalosos clientes de la taberna
Por esos días, la marquesa, que tenía su vivienda en el primer piso, necesitó tela para fabricar unas cortinas, y al poco aparecieron tres de aquellos diminutos portando toda la tela que pudiera necesitar. Lo mismo ocurrió con un eclesiástico que ocupó un piso superior: mientras estaba escribiendo al obispo para solicitarle un libro, un ser de pequeña estatura apareció vestido de monaguillo y le entregó una copia.
Muchas más historias se contaban de ella, de tal manera que la Inquisición mandó que se derramara agua bendita y sal sobre la casa encantada o incluso que se quemara, como así sucedió. También que esos seres fueran descuartizados con golpe de tenaza y después su carne arrojada a la hoguera Esto último no pudo realizarse, pues nadie pudo encontrarlos