LA MOMIA DE LA HIJA DEL DOCTOR GONZÁLEZ VELASCO

El Museo Antropológico, en la calle Alfonso XII, esquina al paseo de la Infanta Isabel, fue creado en 1875 por Pedro González de Velasco, uno de los mejores médicos de su época, gran anatomista y cirujano. También fue su residencia particular. Al poco de su inauguración fue escenario de una historia truculenta.
Conchita, la única hija del doctor G. Velasco, sufrió un grave caso de tifus cuando tenía 15 años. Al no responder al tratamiento, su padre, en una decisión equivocada, decidió administrarle un purgante que le ocasionó una fuerte hemorragia y la muerte. Y dicen que fue tanta su tristeza que pidió y obtuvo un permiso para embalsamar a su hija y retener el cadáver en su domicilio.
A las pocas semanas del fallecimiento, comenzó a circular por Madrid una noticia macabra. El doctor Velasco sentaba a su mesa el cadáver de su hija, como si de un vivo se tratara, hablando con ella. Algunos llegaron a decir que la vestían de novia, o que la cambiaban de ropa varias veces. Incluso que la sacaban a pasear en un coche de caballos. La historia se mantuvo durante muchos años y de vez en cuando reaparece. Nadie la desmintió.
Al parecer, cuando murió el doctor G. Velaco, la momia de su hija fue trasladada a la Facultad de Medicina, donde aún se conserva
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