EL CEMENTERIO JUDÍO

Se encuentra en la avenida de Daroca. Fue inaugurado en 1922, cuando la comunidad judía que vivía en Madrid obtuvo el permiso del Gobierno Español para inhumar a sus muertos de acuerdo con sus creencias.
Aquí, las tradicionales cruces o las flores que en la religión católica decoran las lápidas, son sustituidas por una pequeña inscripción en hebreo, en la que se glosa la personalidad del difunto, y símbolos como la estrella de David y el menorah (candelabro de siete brazos).
En las sepulturas sólo hay un cuerpo enterrado, tal y como manda el ritual. La tradición funeraria judía, que no se pospone más de 24 horas desde el momento del fallecimiento salvo en casos extraordinarios, comienza con el paso imprescindible del lavado del cadáver, que implica la purificación del alma del individuo. Por ello, todos los cementerios judíos cuentan con un lavatorio
                        FIN DE "AL ESTE DEL EJE PRADO..."