EL REFUGIO CONTRA BOMBARDEOS BAJO LA PLAZA DE CHAMBERÍ

El 7 de noviembre de 1936, en plena Guerra Civil, comenzó el ataque de los sublevados contra Madrid. La acción no prosperó y la ciudad quedo asediada, sufriendo constantes bombardeos aéreos y artilleros hasta la entrada de Franco en Madrid, el 28 de marzo de 1939. Para huir de todo aquello, el genio del pueblo sitiado ideó una serie de refugios subterráneos, inicialmente improvisados en sótanos y bajeras.
En una documentación del Servicio Histórico Militar, se detalla una relación de refugios y minas existentes en diferentes fincas urbanas, excavadas en su mayoría por el propio vecindario y conectadas al alcantarillado. Otros refugios fueron construidos por albañiles, por demanda de organizaciones sindicales o del Ejército. También estaban las estaciones del Metro, que desde el 6 de agosto de 1936 quedaron abiertas durante la noche.
Bajo la plaza de Chamberí, el Estado Mayor del Ejército republicano construyó un gran refugio que comunicaba por medio de una galería de gran longitud con la entonces sede del ministerio de la Guerra, hoy Cuartel General del Ejército, en el palacio de Buenavista, junto a la plaza de Cibeles. A él también tenían acceso los madrileños en caso de bombardeo, niños, mujeres y ancianos mayoritariamente. La galería discurría bajo las calles de Santa Engracia, Génova y por General Castaños y Conde de Xiquena hasta el cuartel
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