LOS CRÍMENES DE LA CALLE DE TUDESCOS

La calle de Tudescos ha sido escenario de truculentos crímenes. En 1907, el 13 de julio, una mujer, Vicenta Verdier, de 35 años, apareció degollada en el modesto cuarto que habitaba. Ni el hombre con quien convivió durante doce años antes de que la abandonara para casarse con una joven heredera, ni un amorío posterior que resultó ser un caballero respetable y casado, pudieron ser encausados. Fue un asesinato que ha quedado impune.
En 1910, un niño de nueve años, Manuel Rodríguez, confesó ser el autor del asesinato de su pequeña hermanastra Natividad Losada. Pretendía llevarla en brazos al cercano cinematógrafo de la calle de la Flor, pero como no cesaba de llorar, la golpeó en la cabeza con una piedra y la arrojó al río Manzanares. Declaró que estaba harto de cuidar a una niña que su madre había tenido con un hombre que no era su padre