En la plaza de Lavapiés, esquina a Tribulete, existió un corralón que debía ser del siglo XVIII al que llamaban "El cuartelillo", por ser utilizado en algún momento como Casa-cuartel de la Guardia Civil. Se demolió en 1976. Cogía toda una manzana y era en sí un pueblo dentro del barrio. Su interior estaba rodeado de largas galerías con puertas abiertas hacia ellas, que correspondían a cada una de las viviendas. Había un enorme patio central y en él una fuente con lavaderos donde las mujeres lavaban la ropa que luego colgaban en cuerdas, tendidas entre gigantescos árboles. En verano, como hacia tanto calor y las casas estaban invadidas por las chinches, los vecinos sacaban los colchones al patio y allí dormían