CASA MARAVILLAS EN LA CALLE DE LA SAL

Era un viejo y pequeño comercio, atiborrado de géneros, dedicado a la venta de trajes regionales. El madrileño, por supuesto era el más solicitado. Un chulapo o chulapa de pro, además del empaque y guapeza en el modo de hablar, ha de llevar el traje apropiado y lucirlo con galanura El de ellos: camisa blanca y chaqueta de espiga con un gabriel (chaleco) a juego, unos alares (pantalones) negros con raya, una parpusa (gorra) bien calada, un safo (pañuelo) blanco al cuello y unos calcos (zapatos) negros. El, de ellas: vestido bien ajustado, con vuelo a la altura de la espinilla, de flores o de lunares, con safo y claveles en la cabeza. De guinda, un mantón de Manila