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50     EL ENCAJE DE BOLILLOS

l encaje de bolillos es una labor que se realiza en La Mancha desde época muy antigua, hoy en plena recuperación gracias a los cursos que se realizan para que ésta tradición no desaparezca y sea aprendida por las nuevas generaciones.

El encaje es un tejido ornamental, formado por hilos de seda, lino, algodón, oro o plata, entrecruzados, torcidos o anudados, que consiguen motivos definidos, y para los que se usa la aguja o los bolillos. Refiriéndonos al encaje de bolillos, se puede añadir que se trabaja sobre un patrón de papel, dibujado y agujereado, sujeto a una almohadilla, en donde los hilos pendientes y arrollados en los bolillos, van tejiendo lo que indica el dibujo. Las diferentes vueltas y entrecruzamientos de estos hilos, se sujetan con alfileres (agujillas) que atraviesan el patrón (picao) y se clavan en la almohadilla, coincidiendo con los agujeros del dibujo.


Encaje de bolillos
Encaje de bolillos

Para realizar encaje de bolillos se necesita almohadilla, picaos ó patrones, bolillos, hilo, alfileres y escalerilla (una especie de soporte que puede ser sustituido por una simple silla o mesa).

La almohadilla o mundillo es una bolsa de lienzo, rellena con paja o crin y recubierta de papel. Sobre ella se pega el picao (antes con engrudo: pasta viscosa que se hace con harina y agua).

Los picaos son patrones, con dibujos del encaje picados a mano, en papel, cartón o papel tela, que por algunas zonas se solían teñir con azafrán para poder distinguir mejor la hebra de hilo.

Los bolillos son palillos de madera (boj, preferentemente, o pino), torneados o trabajados a mano, que se dividen en tres partes: el mango, la caja y la cabeza. En la caja va el hilo arrollado, la cabeza sujeta la vuelta del hilo y el mango es la parte que toma la encajera. El número de bolillos que se usan para cada labor depende del ancho de ésta. Para las puntillas muy estrechas basta con una docena, pero hay encajes que pueden llevan varias docenas, y para el profano parece un laberinto saber cuáles corresponde coger.


Encaje de bolillos
Almohadilla, bolillos y patron

El hilo se emplea de todos los tipos y gruesos, pero hay algunos más usados porque se adaptan mejor a la realización del encaje.

Los alfileres o agujillas se suelen usar con cabezas de colores. Para los trabajos más delicados, como la blonda, se ponen alfileres dorados, inoxidables, que llaman planchicas.


Encaje de bolillos
Detalle del empleo de los alfileres

Hay que distinguir dos tipos bien diferenciados del encaje de bolillos: el realizado en seda, proyectado principalmente para la mantilla española, y el de hilo, con infinidad de dibujos y formatos, uno de ellos, muy típico, el de las aplicaciones para incrustar en la tela.

Los encajes se conocen y dividen según las partes que los componen: el pié, los picos o corona, el fondo de mallas iguales ó desiguales, y los puntos. Éstos pueden ser de bruja, bretón, de cadeneta, encontrado, lanceado, de medio punto, abierto y de carrerilla.

Los dibujos más representativos son: la pluma, la campana, la flor cubana, la peineta, la espiga, el corazón, la pera, la raspa, el pensamiento, el abanico, etc.

Las creaciones que se consiguen con los bolillos son muy variadas, desde encajes para adornar sabanas, toallas, mantelerías; hasta tapetes para las mesas, pañuelos, colchas, guantes, abanicos, etc.


Encaje de bolillos
Encaje de bolillos para un abanico

Sobre los orígenes de los bolillos se especula mucho ¿Flandes, Italia o España? Lo que está claro es que la moda de los encajes de bolillos se extendió rápidamente y su máximo esplendor estuvo en los fabulosos cuellos y puños del siglo XVII. No hay más que ver los cuadros de Van Dyck o Velázquez para apreciar dos formas diferentes de utilizarlos, unos almidonados y encañonados y otros con su caída natural.

En España cuando se dice que una pieza de encaje es de Almagro significa que es un encaje de bolillos.

En la segunda mitad del siglo XVI se hicieron cargo de la explotación de las minas de mercurio de Almadén, en Ciudad Real, los Fugger, que vinieron con Carlos I. Los Fúcares, como se les llamó en España, dirigieron esta explotación desde la ciudad de Almagro, y se supone que con ellos trajeron los encajes de bolillos. Desde luego, lo que si parece es que a partir de esta época hubo un auge de la fabricación de encajes de bolillos en toda la zona del Campo de Calatrava, en La Mancha.


Encajeras de Criptana
La asociación Encajeras y Artesanas Aldonzas es un grupo de mujeres de Criptana que intenta rescatar todo tipo de labores,
trabajos, usos y costumbres tradicionales propios de la localidad,